martes, 5 de mayo de 2009

Jade Goody


En una época en la que los límites entre la vida pública y privada parecen estar muy difusos y los valores éticos en plena etapa de transformación, el escalofriante caso de Jade Godoy abre de nuevo el debate sobre la influencia que los medios de comunicación tienen sobre la sociedad y acerca de la utilización que ésta hace de ellos.

La información rosa cumple su función dentro de la sociedad, es decir, tiene un hueco reservado igual que el resto de diferentes informaciones que conforman el abanico que sacia la curiosidad del ser humano. La vida privada de los famosos, y mas si se trata de parásitos surgidos de programas como GH u otros reality show, acapara gran parte de la atención del público.

Añadido a la curiosidad, el morbo juega un papel importante. Cuando más te advierten de que las imágenes que vas a ver van a herir tu sensibilidad, o recomiendan no mirar a un lado de la carretera porque puede ser algo desagradable, se incrementa en el ser humano la curiosidad (que llevada al extremo se convierte en morbo).

Por otro lado, parece que las desgracias ajenas restan importancia a las propias. Este rasgo es propio de la naturaleza de las personas: cuando alguien cercano o alejado (como son en este caso los famosos) sufre nuestras mismas dificultades, supone un alivio a nuestro sufrimiento porque no nos sentimos los únicos desgraciados. Además, si la persona en la que vemos reflejados nuestros problemas es alguien conocido con una cierta reputación sentimos que el mal está más repartido, “tanto a ricos como a pobres”.

Jade Cerisa Lorraine Goodoy (Londres, Inglaterra, 5 de junio de 1981- Exxes, Inglaterra, 22 de marzo de 2009). Fue conocida por haber participado en dos ediciones del programa de telerrealidad Big Brother profiriendo insultos racistas en la edición de 2007 contra la actriz india Shilpa Shetty. En verano de 2008, Goody aceptó participar en Big Boss, la versión india de Big Brother, para tratar de suavizar su pasada polémica con Shetty. La esteticista británica realizó visitas a barrios marginales de Nueva Delhi y volvió a disculparse en público por su incidente con la actriz bollywoodiense. Sin embargo, y durante el programa, Goody recibió en directo la noticia de que se le había detectado un cáncer cervical, por lo que abandonó inmediatamente la casa de Bombay rumbo a Londres para ser tratada. Decidió mediatizar su enfermedad con el objetivo de obtener dinero de los medios de comunicación para poder así garantizar una herencia a sus dos hijos. Finalmente, falleció el 22 de marzo de 2009, en su casa de Upshire, Essex.

El 21 de febrero de 2009 contrajo matrimonio con Jack Tweed, seis años menor que ella y pendiente de una sentencia judicial por agredir a un taxista, obteniendo alrededor de un millón de euros por la exclusiva de la boda. Apenas dos semanas después, el 7 de marzo, decidió cristianizarse en una ceremonia de bautismo en la que incluyó a sus hijos, fruto de una relación con el presentador de televisión Jeff Brazier. Puesto que los médicos desaconsejaron su salida del hospital Royal Marsden de Londres, la ceremonia se realizó en el mismo centro sanitario, lo que no impidió su comercialización en los medios.

"Todo el país admiraba su determinación para asegurar el futuro de sus hijos" , comentó el primer ministro británico, Gordon Brown, cuando se enteró del fallecimiento de Jade Goody. Su representante aseguró que el funeral será "un espectáculo muy a lo Jade Goody", a la que ha definido como "la primera estrella mundial de la telerrealidad".

Nos enfrentamos a una crítica frecuente: los programas del corazón, y en su conjunto todos aquellos medios que informan sobre anécdotas o rutinas de personajes conocidos, irrumpen en una parte de su vida que se considera privada, más allá de su mero ámbito laboral. En primer lugar, muchos de los personajes famosos no son genuinos, es decir, conocidos por su trayectoria profesional, sino parásitos convertidos en famosos por su relación con un personaje genuino o provenientes de un reality show. Por lo tanto, no es posible que los programas del corazón se limiten a comentar su faceta laboral, porque por la que se les conoce es por su faceta personal y privada.

Muchas son las voces que se han manifestado en contra y a favor de la decisión de Jade Goody de utilizar su vida privada para obtener beneficio económico. Quizás juzgar sin estar en la tesitura en la que ella se encontraba sea demasiado atrevido.

Por otra parte, una cosa es aparecer en una entrevista pactada con buenas fotos y respuestas coherentes y otra es enfrentarse a un micro abierto, improvisan en cualquier espacio público por donde el personaje transite. Muchos de estos personajes muestran su mejor sonrisa en una exclusiva millonaria pero cambian su carácter cuando se trata de responder a preguntas planteadas por los periodistas si por tales respuestas no reciben remuneración alguna. En definitiva, si en algún momento concedieron una exclusiva para narrar una parte de su vida que ellos consideran privada, no pueden pretender que luego los “periodistas del corazón” no sigan investigando para mostrar más partes de ella. Así, ese suspiro de intimidad que la familia y amigos pidieron para dar el último adiós a Jade Goody llegaba demasiado tarde

No hay comentarios:

Publicar un comentario